No te aferres a algo que no puedes cambiar. Esto incluye a las personas, los errores del pasado, las acciones y las heridas. No puedes cambiar el pasado, si te quedas en el pasado constantemente y tratar de hacerlo sólo te hace daño mentalmente.
Tómate el tiempo de enumerar las preocupaciones del pasado que tienes en mente. Dedica una tarde a aclarar este espacio en tu mente y concéntrate sólo en esto.
Evalúa cada elemento que se te ocurra. Pregúntese a sí mismo:
¿Puedo cambiar esto?
¿Yo causé esto?
Si no puedo cambiarlo, ¿por qué estoy esperando?
Si puedo, ¿cómo?
Anota cualquier paso que puedas tomar para rectificar una situación y un plazo o línea de tiempo. Sigue tu línea de tiempo. Luego, déjalo ir. Sentirás alivio, confía en mí.
Sabiendo que no hay forma de rectificar o cambiar una situación, entonces permítete sentir el dulce alivio de la liberación. Sigue adelante.