Capítulo 3- Perdona, pero no olvides.

Estamos en una sociedad en la que se pasan el día diciendo que tenemos que perdonar y olvidar. Lo que visto de manera lógica y coherente, no es lo correcto.

¿Qué es lo correcto? Tenemos que aprender a perdonarnos a nosotros mismos, tenemos que aprender a olvidarnos de las personas tóxicas, a ser capaces de dejarlas atrás, a ser capaces de dejar las relaciones, o si es en el trabajo, que no nos afecten ni molesten y poder conciliar nuestra vida laboral con ellos.

Pero, ¿por qué la gente se pasa todo el tiempo diciendo perdonar y olvidar?

A un niño que pone las manos en el enchufe o el fuego y se quema, ¿le volverías a decir que repitiera la acción otra vez?, o ¿le pondrías otra vez la mano en el fuego para que se quemara? Eso sería un maltrato. Lo mismo es repetir esa situación una y otra vez a nivel emocional.

La química existe, es algo que no se puede evitar, te gusta una persona o no te gusta, te atrae o no te atrae, lo sientes o no lo sientes. Depende del ámbito que has de tratar la situación, deberás tomar una decisión u otra.

Lógicamente si es en el ámbito laboral hay que perfilarlo, tratarlo desde un punto de vista de compañero pues no es tu amigo. Sólo vas a tratar con esa persona durante unas horas. Tienes que aprender a ser sociable y que su actitud no te moleste, no dejar que su modo de actuar te afecte, poniendo muros entre esa persona y tú.

La familia se supone que es nuestro refugio seguro, sin embargo, muchas veces puede ser el sitio en el que encontremos el dolor más profundo. Si es en un ámbito familiar directo y se trata de un familiar tuyo, lógicamente os aconsejo que primero tengáis una conversación con esa persona. Si no llegáis a buen puerto y no conseguís nada, cortar con esa persona y distanciaros.

Si el familiar en cuestión es de vuestra pareja o marido, primero la conversación lógicamente es el ámbito de la pareja, para que él vea cómo te sientes y como te trata esa persona.

Igualmente si la situación continúa, intentar ver lo menos posible a la persona o las personas que os produce el maltrato, porque si no la relación terminará resintiéndose y posiblemente en ruptura. Aquí el problema radica muchas veces en que las rupturas en pareja son por terceras personas y gran parte lo son por causa de la familia.

La toxicidad de la gente hace, sobre todo cuando son cobardes, nunca atacan individualmente, sino que lo hacen en conjunto apoyándose unos a otros. Por eso, no tienes que olvidar la primera ofensa que te han hecho, sino aprender de ella, sobreponerte y a partir de ahí avanzar en tu vida sin darle importancia.

No guardar rencor pero sí un buen grado de ignorancia, puesto que una vez superado sino te duele, les molesta más.

Es lógico que te moleste sentarte a cenar o a comer con alguien que siempre te esté faltando al respeto, si lo haces que sea sólo por trabajo, porque no queda más remedio y siempre bajo unas normas y pautas muy estrictas, en las que tú controles la situación y no te afecten.

Muchas veces existen relaciones tóxicas, porque las ganas de cumplir con roles sociales nos pueden llevar a caer en manos de personas tóxicas. Aparecen por inseguridad, baja autoestima, o porque la sociedad espera de ti que pases por las etapas establecidas de vida: que encuentres pareja, que te cases, que tengas hijos, etc.

Parece que si no estás con alguien se acabe el mundo. Puedes acabar cediendo a todo lo que te pida una pareja por miedo a la soledad. También existen personas que en su pareja acostumbran a mandar y la otra parte a obedecer. Existen muchos casos de parejas que no quieren a su compañera/o, solo desean ejercer el control hasta un extremo enfermizo.

Existen relaciones basadas en el chantaje, en la mentira, en el miedo, en la idealización de la persona, ya sean en el ámbito laboral, familiar y afectivo.

Pero en tu tiempo libre y tu vida privada, la gente tóxica: ¡fuera! Es vital tanto para tu salud física como mental. Tomar distancia y alejarse de personas complicadas mejora la salud. Porque, aunque no lo parezca existen personas a las que les son indiferentes las necesidades de los otros.

La pregunta es: ¿cómo protegernos de esas personas tóxicas? Puesto que relacionarnos con ellas nos hace sufrir, hay que conocer cuáles son nuestros límites, lo que no queremos y marcarlos.

Lo que la persona tóxica exprese no es tu forma de pensar y no lo has de hacer tuyo, te has de valorar. Has de recordar todos los logros que tuviste y todo lo que has llegado a conseguir hasta ahora, puesto que la autoestima y confianza serán determinantes. Sobre todo, no hay que pensar constantemente en ello, has de centrarte en tus cosas que son mucho más importantes, está claro.

Las personas tóxicas no cambian si son recompensadas por no cambiar, siendo muchas veces culpables los demás por dejarles ser tóxicos. No los odies por ser tóxicos pues solo te envenenas con su toxicidad, así que perdona, pero no olvides.

Toma distancia la suficiente para improvisar, adaptarte y vencer los obstáculos, las sensaciones tóxicas que mucho tiempo has creído y has sentido que eran culpa tuya.

A partir de ahora hay todo un mundo por delante y un camino nuevo que debes explorar y conocer.

También descubrir cómo eres tú en realidad con tus errores y cualidades, pero sobre todo, lo que debes aprender es a amarte y valorarte.

Creer en ti mismo y en tus valores no es malo, es un plus. Lo que crean los demás o que te impongan, siempre que sea negativo para tu salud física y mental, te impida desarrollarte como persona y ser humano, valerte por ti mismo, trabajar y ser independiente; significa que te desequilibra, son tóxicos y deben estar fuera de tu vida.

No por ello debes olvidar que todas las personas sienten las mismas vibraciones o energías; porque esa misma persona o personas recuerda que no tratan a todo el mundo igual. Suelen hacer diferencias. Tú no debes caer en el bucle de plantearte ni el por qué, ni qué motivo tienen para ello. Simplemente aléjate lo más rápido posible y con la mayor tranquilidad.

Hay un refrán que dice: “trastos viejos, pocos y lejos”. Y otro refrán a tener en cuenta es: “a buen entendedor pocas palabras bastan “. Con lo cual amigos/as donde vean que no les quieren no pierdan su tiempo. Estaréis en otros sitios muchísimo mejor, más queridos, mejor valorados y habréis encontrado vuestro lugar lejos de la gente o las situaciones que producían el malestar.

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