Para contestar a esta pregunta me vais a entender con muchísima facilidad. Casi todos venimos de religiones que nos profieren amenazas o nos insinúan que algo va a ir mal si actuamos o pensamos mal.
Cualquier persona en algún momento de nuestra vida, nos hemos enfadado, hemos chillado o soltado alguna cosa en un momento de acaloramiento, ya que ello forma parte de la naturaleza humana.
¿Qué diferencia hay con el culto a la Santísima Muerte, la Niña Bonita, la Flaca, la Flaquita, la Santa Patrona, la Catrina…?
Pues que podéis pedir cualquier cosa y básicamente todos nos merecemos tener la misma ayuda sin ninguna diferencia, sin que juzguen nuestro pasado, ni lo que hayamos hecho; sólo miras hacia adelante: da igual ser un campesino que un rey.
Hay un momento en común en nuestra vida, el saber que tenemos que cruzar una línea sin una seguridad de saber a dónde vamos.
Si nos quitasen todas nuestras posesiones materiales y nos dijeran que nos vamos a ir ya, que llega lo hora de nuestra muerte… lo primero que haríamos es arreglar a nuestros seres queridos, poniendo todas las cosas en orden de una forma u otra. Pero lo que ninguno dudaríamos es que en ese momento lo más importante es tener una buena muerte, sin dolor y tranquila.
Eso ha hecho que como la Santísima Muerte ayuda y protege a cualquier persona, durante un tiempo, se la haya calificado erróneamente como algo negativo.
La gente que le pide y le reza ha encontrado gran alivio y consuelo, por eso su culto y propagación está siendo a través de sus propios devotos, transmitiéndolo oralmente de padres a hijos.